Tres grandes y repugnantes mojoneras, vivarachas de mala muerte, gozonas del periodismo, chulas de los peores mentideros, aguantadoras de delitos, buscadoras, lanzadas, escabrosas, malasangre… en cuanto Chávez llegó al poder decidieron montar su chiringuito de inventos y criminales negocios de terror aupadas por la mayor puta de los medios del mundo: el Departamento de Estado.
De Patricia Poleo se ha hablado suficiente, de Marianela Salazar su dossier es igualmente espantoso, y puede leerse en el DICCIONARIO DE FARSANTES de ENSARTAOS…
Para el año 2002, la periodista Ibéyise Pachecho tenía una columna en el diario El Nacional. Se llamaba “En privado” y desde ahí realizaba acusaciones sin pruebas en contra de integrantes de la Fuerza Armada Nacional, abogados y otras figuras públicas. Lo más recordado es que siempre pedía disculpas en las audiencias de conciliación y rectificaba para no ir a la cárcel.
El 4 de marzo de ese año, el coronel Ángel Bellorín desmintió unas acusaciones realizadas por Pacheco, donde afirmaba que modificó sus calificaciones académicas de la Universidad Santa María y profesionales, y que no tenía meritos para tener ese rango. Además la comunicadora social dijo que el hombre tenía un plan para arremeter contra periodistas.
Bellorín probó con documentos que era falso lo escrito por la periodista. El caso llegó hasta un tribunal. Ibéyise Pacheco se presentó 414 días después de la demanda y luego de seis audiencias fue condenada el 25 de mayo de 2014 a nueve meses de prisión por el delito de difamación agravada continuada.
El 25 de junio de 2002, la ingeniero Teresa Camero la acusó de difamarla en la misma columna, en la edición del 21 de junio, pero un tribunal desestimó la denuncia.
En febrero de 2003, nuevamente publicó información falsa y difamante, esta vez en contra de un hijo fallecido del exministro Alí Rodríguez Araque. Fue acusada penalmente el 22 de julio, la periodista reconoció que lo escrito era falso, concilió y rectificó en El Nacional.
En mayo de ese año, transcribió una supuesta conversación de altos funcionarios del gobierno. Fue citada por el Ministerio Público como testigo, donde dio una declaración que luego contradijo en una entrevista publicada por la revista Zeta. Fue acusada por el delito de falso testimonio, pero la investigación no llegó a la fase de juicio.
David José Rosario, síndico procurador de la extinta empresa Viasa, señaló que Pachecó lo difamó en el diario que salió el 18 de julio de 2003.
Para el 20 de agosto de 2003, el diputado Luis Tascó interpuso una denuncia penal por difamación en su contra. El 1 de septiembre fue citada Ibéyise Pacheco y se presentó dos meses después. De nuevo la comunicadora rectificó y no hubo juicio.
El 30 de abril de 2004, el abogado Carlos Ramírez López fue señalado de posesión de drogas y robo de vehículo, por parte de la periodista en la misma columna. De nuevo fue acusada por difamación y Pacheco aceptó conciliar y se disculpó públicamente. Al año siguiente, en el mes de abril, de nuevo Ángel Bellorín la denunció por el delito de difamación, esta vez con el calificativo de agravada continuada. Finalmente Bellorín, luego de ocho fechas de juicio suspendidas, le otorgó el perdón del ofendido para no continuar con el proceso legal.