El 5 de enero de 1936, las garantías fueron suspendidas. Entonces el líder más valioso y elocuente de la oposición era Jóvito Villalba. Su verbo frenético y compulsivo volvía histéricas a las masas. Fue entonces cuando comenzó a funcionar ORVE (Organización Venezolana), que tenía en su seno a un grupo de intelectuales como Alberto Adriani (su presidente) y Mariano Picón Salas (secretario general). Esta organización no era un partido sino más bien una oficina para propalar críticas al gobierno, con el objeto de ganar algunos puestos en las elecciones municipales. Su programa fue una hojarasca inconexa de propuestas administrativas y políticas calcado de agrupaciones y gremios que proliferaron en España después de la monarquía.
Jóvito Villalba intentó poner el pie en el cuello al presidente Eleázar López Contreras, pero divagó mucho, y pidió calma en lugar de arrastrar las masas hasta Miraflores para reventar, de una vez por todas, el enorme tumor del gomecismo.
Como el gobierno había indemnizado a algunas personas que fueron torturadas bajo el gomecismo, cundieron víctimas de la tiranía por doquier. Un abogado de apellido López Núñez154 se fue a los llanos a buscar cuanto peón hubiera sido arponeado por error, al que un tigre hubiese arañado, al que una raya hubiere picado, para traerlos a Caracas y presentarlos como víctimas de las ergástulas del «Bagre». Entonces el gobierno les daba 50 bolívares de los 15 mil que recibía el abogado por estos daños y perjuicios. Lo increíble fue que Jóvito Villalba sí cobró sus 15 mil bolívares.
El grupo de derecha Acción Nacional apoyó fervorosamente el derrocamiento de Isaías Medina Angarita y fue a ofrecer sus servicios al nuevo gobierno. Rafael Caldera asumió el cargo de procurador de la Nación. Las gentes del UPV se mantuvieron vacilantes, anonadados y confusos, y en medio de la mutabilidad del momento acabaron por expresar su apoyo a la Junta Revolucionaria. Jóvito Villalba se sentía herido, porque siendo Betancourt íntimo amigo suyo, le dolió que
hubiera sido de los últimos en enterarse del golpe. Cuando fue a Miraflores a buscar información lo detuvieron momentáneamente junto con Arturo Uslar Pietri y Eleazar López Contreras. Llamaba la atención que siendo Jóvito uno de los líderes más populares, no hubiese sido invitado a encabezar el sector civil, y que en su lugar hubiese sido Rómulo Betancourt. Tal decisión quizá se sustentó en la falta de carácter mostrado por Jóvito durante los sucesos de abril de 1936.