Durante el PUNTOFIJISMO, el adeco Henry Ramos Allup nunca llegó a medio criticar una elección en Venezuela, incluso si ganaban sus hermanos verdes, los copeyanos. Todas para él, entonces, eran transparentes, únicas, puras, perfectas y grandiosas, aun cuando en los conteos los de las mesas electorales los partidos AD y COPEI, se repartiesen las tarjetas de los grupos políticos minoritarios. Por eso Ramos Allup fue diputado todas las veces que le dio la gana.
A partir de 1998, Ramos Allup ha gritado veintitrés veces que hemos tenido FRAUDE, sin que jamás haya podido probar que ha sido así en ningún caso.
Adeco es adeco, no hasta que se muere sino por mentiroso y cobarde. RIP…