El dólar se depreciará en 2020 y seguirá en esa tendencia si el crecimiento de la economía mundial se recupera y los inversores dejan de optar por elegir activos de mayor calidad al invertir, opinan los analistas de Goldman Sachs.
Distintos economistas consideran que el dólar puede desplomarse durante un largo periodo de tiempo debido al enorme déficit presupuestario que EEUU ha ido acumulando. A su vez, las elecciones presidenciales de 2020 son capaces de exacerbar aún más la situación, incrementando el déficit hasta nuevos máximos.
El déficit presupuestario de Estados Unidos aumentó 11,8% en los primeros tres meses del año fiscal iniciado en octubre último, respecto al mismo periodo del año previo, lo que pone al país en camino a registrar su primer déficit de al menos un billón de dólares en ocho años.
En su reporte presupuestal mensual, el Departamento del Tesoro informó que el déficit de octubre a diciembre totalizó 356.600 millones de dólares, comparado con el de 318.900 millones registrado en el mismo periodo el año anterior.
Tanto el gasto como los ingresos del gobierno impusieron récords en los primeros tres meses de este año fiscal, pero el gasto aumentó a un ritmo más rápido que la recaudación, provocando que el déficit total subiera.
La Oficina de Asuntos Presupuestarios del Congreso proyectó que el déficit para el año fiscal 2020 llegará al billón de dólares y permanecerá sobre un billón de dólares durante la próxima década.
Es realmente alarmante la situación pues el país no había experimentado déficits anuales de un billón de dólares desde el periodo luego de la crisis financiera de 2008.
El déficit real para el año fiscal de 2019, que terminó el 30 de septiembre, fue de 984.400 millones de dólares, un incremento del 26% respecto al desajuste de 2018, reflejando el impacto del recorte fiscal de 1,5 billones de dólares que el presidente Donald Trump propuso y que fue aprobado por el Congreso en 2017. Además, hubo un mayor gasto para los programas militares y domésticos que Trump aceptó como parte de un acuerdo presupuestal con los demócratas.
Esta realidad en cifras incontrovertibles hacen evidente que las promesas de campaña de Trump en 2016 que apuntaban a eliminar, incluso, no a rebajar los futuros déficits con recortes en el gasto, no la cumplió; fue una promesa sustentada en pronósticos para “engañar”…
De acuerdo con un gráfico elaborado por Visual Capitalist con información del Fondo Monetario Internacional, los países más endeudados son Estados Unidos, Japon y China.
La
economía estadounidense alcanza el primer lugar de los países más endeudados
con casi 20 billones de dólares. De acuerdo con la más reciente estimación
del FMI, los gobiernos del mundo han acumulado una deuda de casi 63 billones de
dólares. Por lo que Estados Unidos alcanza una tercera parte de la deuda
global, específicamente un 31.8 por ciento.
Para hacer una comparación, la deuda de
Estados Unidos representaba sólo 6.9 billones de dólares en el 2001, lo que da
una idea de su crecimiento. Japón, por su parte, tiene obligaciones que
alcanzan los 11.81 billones de dólares, colocándose como la segunda nación más
endeudada. Para hacerse una idea, lo que debe la economía japonesa
equivale al 18.8 por ciento de la deuda mundial.
Y en tercer lugar, pero no por ello menos significativo, está China con una deuda que llega a los 4.9 billones de dólares y representan el 7.9 por ciento de las obligaciones mundiales.
Aunque si se hace un listado de aquellos países que tienen el mayor porcentaje de deuda respecto a su PIB, el que se coloca la corona como el mayor deudor es Japón, con un 239.3 por ciento en relación a su Producto Interno Bruto (PIB), seguida por Grecia y Líbano.
Mientras que solo Italia y Japón se consideran economías principales a nivel global, es importante monitorear los altos niveles de deuda de países como Grecia o Portugal.
«En el escenario de base del FMI, la deuda pública de Grecia alcanzará un 275% de su PIB en 2060, donde sus necesidades de financiación representarán un 62% del PIB», informa un reciente estudio del FMI, obtenido por Bloomberg.
Grecia, por ejemplo, sigue por un camino particularmente insostenible y los acreedores se están volviendo más agarrados. Más recientemente, tanto el FMI como los acreedores de Grecia de la zona euro han demandado al país implementar una ley que automáticamente introduzca medidas de austeridad si no se alcanza un excedente presupuestario de un 3.5 por ciento del PIB.
Mientras Grecia ha desestimado dichas demandas, calificándolas de «inaceptables», el país -junto con muchos otros de todas partes del mundo- tendrá que aceptar que la acumulación de deuda constante tiene consecuencias a largo plazo.
Fuentes: Diversos medios internacionales especializados