Trincheras de Ideas
AUTOR: Humberto Gómez García
Sin dudas que fue audaz, justa y positiva la medida de justicia social adoptada por el Presidente Nicolás Maduro de darle medio Petro (Bs.1.431.864,32.) de aguinaldo a los pensionados (más de 4 millones de adultos mayores y otro tanto de empleados públicos). Ese regalo navideño cayó como un baño de rosas en la población beneficiada y ello se pudo palpar en las enormes colas de hombres y mujeres de las más variadas edades en Caracasy otras ciudades de toda Venezuela, en comercios grandes pequeños.
Alegría desbordada, euforia diría yo, en la población, “esto me cayó del cielo”, dijo una mujer humilde que hacía cola para entrar a un comercio a realizar sus compras de alimentos; un señor de edad que hacía cola en una farmacia comentaba: “Tremenda iniciativa la de Maduro, la pegó de jonrón, voy a comprar las medicinas que necesito, pero están super caras, los farmaceutas son unas sanguijuelas, le ponen el precio que les da la gana y el gobierno no les hace nada”.
Las colas del pueblo, largas, extensas, llenas de entusiasmo, encontraron los primeros escollos de parte de los comerciantes, muchos de ellos se quitaron la máscara. Sucedió en Sabana Grande. En varios comercios, los propietarios salieroncon soberbia a enfrentar a los cientos de compradoresque hacían cola en tiendas de calzados y ropa. “Yo no vendo sino con dólares, el Petro me importa un c…”, dijo un comerciante. Otros trataron de justificar el no vender. “Señores no podemos atenderlos porque el sistema se cayó”. “No seas embustero –le espetó en su cara una joven que cargaba un niño–. Tú lo que no quieres es vendernos en Petro porque no lo aceptas. Si se hubiese caído el sistema no habría tiendas aceptándolo”.
En otro escenario o lugar, en San Martín, una panadería en la esquina de Angelitos. El dueño –portugués él– subió, para variar, los precios a la machimberra. Una doña le preguntó: “¿Cuánto cuesta el kilo de arroz? La respuesta fue contundente. “Cien mil bolívares, y si no le gusta, cómprelo en otro lado”. La señora no se dejó apabullar por el soberbio comerciante. “Tú lo que eres es un especulador portugués del carrizo. Quieres birlarnos el Petro con cuatro productos que les subiste cinco veces o más su precio. Pero esto no se va a quedar así –amenazó la dama–, te voy a denunciar para que te cierren la panadería. ¡Muérgano! Y tras ella se fueron otros compradores.
¿Contempló el gobierno esa parte del enfrentamiento que se iba a producir entre el pueblo y los comerciantes –o parte de ellos–, que no aceptan el Petro?
El comercio, sus entidades ductoras, Fedecamaras, Consecomercio, cámaras de comerciantes se han erigido desde hacen 20 años en un poder paralelo que conspira contra el Gobierno de Maduro y contra la Revolución Bolivariana. La cartelización entre el sector comerciante es evidente para subir de manera permanente los precios de absolutamente todos los productos, del género que sea, con su marcador ladrón, el maldito dólar today, con ellos hay una impunidad incomprensible por parte del gobierno, como no les hacen nada, se sienten super poderosos.
La estrategia de los bonos, del medio Petro es buena, sin dudas, pero si no se enfrenta con energía y firmeza, con fiscalización, cierre de empresas, el comercio en todos sus niveles, se frena la especulación, componente fundamental de la guerra económica que impone el imperialismo yanqui para ahogar a nuestro pueblo y desmembrar el país, es evidente que se cae un círculo vicioso, forma parte de esa guerra que se da por etapas. El Gobierno de Maduro debe contemplar en el mediano plazo la nacionalización del sector comercio, pasarle el poder al sector trabajador, a las Comunas y Consejos Comunales, el poder popular, y crear un nuevo modelo de comercio más justo, equitativo y humano y no esta aberración que el capitalismo dependiente le impone al pueblo venezolano.
Ya han habido –desde la época de Chávez– algunas experiencias exitosas de empresas comerciales del Estado, de las comunas, empresas mixtas (Estado/sectores populares), supermercados, que se deben retomar y potenciar. Muchas de esas redes comerciales y otras empresas productivas fueron absurdamente desmanteladas, traspasadas incluso al sector privado. El gobierno revolucionario debe actuar con prontitud, desarrollar las políticas comerciales, complementarlas con las nuevas estrategias económicas.
El Petro, como nueva estrategia de largo alcance, sale al ruedo en gran escala, con lo que parece un ensayo con el bono o petroaguinaldo para evaluar su impacto en la población y su aceptación, como un mecanismo para irle quitando poder al dólar y potenciar el devaluado bolívar. Pero no se debe subestimar al enemigo imperial, a la oligarburguesía derechista, fascista, anti patria, el detalle del rechazo a nivel de muchos comerciantes felones, mercenarios y ambiciosos, es un indicador y una mínima expresión de lo que seguramente será la estrategia golpista para tratar de enfrentar, combatir y destruir el Petro.
No se debe olvidar que recién salido el Petro, su sólo anuncio como moneda virtual respaldada por nuestro petróleo, oro y diamantes, hizo que el presidente norteamericano, Donald Trump, lo condenara a priori y ordenara que ningún ciudadano o institución norteamericana adquiriese la moneda virtual venezolana y se lo “recomendó” a sus aliados europeos y latinoamerianos.
Exhortamos al gobierno revolucionario a mantener la ofensiva en la nueva política económica que acompaña al Petro y que tenga la certeza que el pueblo venezolano todo lo apoyará sin titubeo en las políticas económicas que permitirán salir del bloqueo norteamericano y europeo y superar la crisis para abocarnos a la construcción de la Venezuela potencia. (Caracas, 29/12/19) ([email protected]) (revistacaracola.com.ve) (@hgcaracola) (Miembro de UNAMACI)