AUTOR: Sant Roz
A partir de 1998, todas las viejas y emputecidas instituciones se lanzaron a dentelladas bestiales contra Chávez. Las viejas Fuerzas armadas aceitaban sus trácalas y cañones, sus tanques y blindados; El viejo CNE aspiraba a controlar sin cortapisas las elecciones, y no se diga el viejo Poder Judicial y su Alta Corte de Justicia. Una de las más enfermizas hienas que atacaban a Chávez se llamaba la magistrada Cecilia Sosa; ella tenía miles de argumentos para sostener que el triunfo del Comandante era ilegal, peligroso para el sistema democrático, de corte comunista y populista. También en la acompañaba en estos argumentos, charlatanes leguleyos como Jorge Olavarría Alan Brewer Carias. Desde afuera la OEA echaba sus tiritos, lo mismo que el imperio de los medios de comunicación controlados casi todos por la SIP. La Iglesia también creaba su propia armazón jurídico-religiosa para desconocer a Chávez y embanderarse con el golpe que en 2002 estaba a millón…