Poleo, Patricia: uno de los personajes más escabrosos que ha tenido Venezuela, llegando con respnsabilidades muy extrañas en los últimos gobiernos de CAP y Caldera. Estaba enterada que Marianela Salazar era amante de su padre, Rafael, y andaba con la tal Marianela para arriba y para abajo, en una relación muy sórdida, pues en todas las entrevistas que le hacía, ambas se regodeaban en ese morbo del sexo crudo, directo, burdo. Estaba claro que en toda su larga odisea de hembra politiquera a la Marianela le ha encantado que la cataloguen de puta. Un orgullo para ella bastante respetable.
Poleo, Patricia: Cuando en enero de 1996 detuvieron al editor del Grupo Editorial Reporte, Tananous Gerges, Patricia le visitó en la PTJ y le planteó que si traspasaba el periódico (Reporte) saldría en libertad en 15 minutos[1]. ¿Por qué tal poder? ¿Quién la enviaba?
Poleo, Patricia: Siguiendo las
instrucciones contenidas en el Perfecto Golpe de Estado (donde se explican
ciertas acciones de la CIA) desde el 2000, Patricia comenzó a tener una
participación de primer orden junto con Ybeyise Pacheco, Marianela Salazar y
Marta Colomina, para intentar derrocar al gobierno de Chávez. Sabía Patricia
que podía inventar, calumniar y cometer cuanta infamia tuviese a su alcance
para destruir la reputación de a quien le viniese en gana, primero porque
estaba apoyada por la CIA como su padre, y porque era periodista. Con esta
acción pudo quebrar varios oficiales que luego salieron a rebelarse contra
Chávez. Apenas aparece señalada como autora intelectual de crimen en la persona
del fiscal Danilo Anderson, y se inician las primeras averiguaciones en este
crimen, coge hacia la meca de los asesinos de Venezuela: Perú, luego la CIA la
protege y se va a vivir a Miami, desde donde todavía escribe una columna para
su periódico El Nuevo País.
[1] Véase “Las intrigas del poder”, de Juan Carlos Zapata, Alfadil Ediciones, Caracas, 1997, pág. 59.