Padilla, José Prudencio: lo escribió el historiador Arnulfo Poyer Márquez: “natural de Río de Hacha, Colombia (1788-1828, algunos creen que es maracucho), fue un gran peleador por la independencia, excelente guerrero de mar. Todo bien hasta allí. El hecho es que con el romanticismo alrededor de la batalla del Lago (24 de julio de 1823), aparentemente es el idóneo para la denominación del segundo puente que se construirá en el Zulia. Pero sucede que el estimado Padilla, de corte sanguinario según O’Leary (Memorias Sueltas), era uno de los que confabulaban la separación de facto de Colombia a como diera lugar. Ya se le conocían sus intenciones y por ello estaba recluido en Bogotá, de donde se le liberó y asumió la jefatura de los alzados que mataron al primo del Libertador (coronel José Bolívar) y que gracias a la actuación de Manuela Sáenz se evitó el magnicidio (25 de septiembre de 1828). Santander será expulsado y regresará en 1832. Padilla fue condenado al paredón el 10 de octubre de 1828. Este hecho condenará en la opinión de los opositores de Bolívar (aún hoy), a que se había realizado un acto de racismo, tal cual el de Piar, dado el perdón a Santander, cabecilla principal (blanco), con el ajusticiamiento de Padilla (pardo), acción que no se la perdonaron a Bolívar, que de paso no tuvo nada que ver con el veredicto final, aunque sí con la clemencia por Santander y será uno de los martilleos que acabarán con la vida del general caraqueño.”
Paraco, Antonia: Véase Abogados Puntofijistas.