Orimulsión: Dice Bernard Mommer[1]: “Si comparamos los diferentes usos de un barril de extrapesado – mezclarlo, producir Orimulsión o mejorarlo – la Orimulsión sale tan mal parada que se hace muy difícil, si no imposible defenderla. De allí la primera y más elemental de todas las mentiras que envuelven a Bitor. Para prevenir que se haga esta comparación, Bitor simple y llanamente le cambió el nombre de extrapesado por bitumen natural, afirmando luego – mintiendo, para ser más preciso – a la opinión pública nacional, a todos sus niveles, que se trataba de dos sustancias distintas. Orimulsión se producía, supuestamente, en base a bitumen natural, y el bitumen natural no servía para más nada que para hacer Orimulsión… Pero llámese como se quiera, la verdad indiscutible es que la sustancia que procesa Bitor, las mejoradoras o que se mezcla con crudos más livianos, es una sola y la misma.”
Orimulsión: “Sin embargo, la mentira de que se trataría de sustancias distintas ha sido tan cuidadosamente elaborada, nacional e internacionalmente, y repetido con tanta insistencia por PDVSA/Bitor, además con cierta complicidad dentro del MEM, que llegó a imponerse como verdad oficial a todos los niveles de las clases políticas venezolanas. (Por cierto, en el artículo citado Vessuri y Canino hablan indistintamente de petróleo extrapesado y de bitumen natural). Luego, se argüía además que la Orimulsion, como combustible en las centrales eléctricas, no competiría con el residual, el combustible pesado, con lo que se afectaría los precios del petróleo; no, única y exclusivamente competiría con el carbón. Así, la Orimulsión se presentó como un negocio incomparable. En consecuencia, de acuerdo a Bitor no era que el crudo extrapesado se vendía en un caso, a US$ 4.25 y a US$ 13.06 en el otro. ¡No! En el primer caso se vendía bitumen natural sin otro valor que no fuera procesarlo en Orimulsión. Por incomparable, por lo demás, tampoco Bitor utilizó el net-back que nos llevó a ese precio de US$ 4.25. Utilizando una fórmula sui generis basada en el carbón, el net-back sólo arrojó, siempre en el período señalado, un valor promedio de US$ 0.96, sobre el cual luego pagó un regalía de un sexto, es decir, US$ 0.15 como ya señalamos. Además, en su esfuerzo de dificultar toda comparación, Bitor presentaba su negocio no basado en barriles de extrapesado procesado, sino en toneladas métricas de Orimulsión y en BTUs.[2]”
Orimulsión: “Se mintió al país cuando se le informó en 1966, por ejemplo, en oportunidad de solicitar al Congreso Nacional la aprobación de una primera asociación con Bitor, que la Florida Power & Light estaba quemando carbón el cual sería desplazado por Orimulsión. La Florida Power & Light no estaba quemando ni una tonelada de carbón, ni tenía la más mínima intención de hacerlo. Lo mismo puede decirse de los negocios de Bitor en Italia, por cierto, donde Bitor ha sido muy activo en los últimos años. O, para tomar un ejemplo muy reciente, se miente al país cuando se le informa que con el contrato de suministro de largo plazo que Bitor estaba por firmar con la Coleson Cove Station en New Brunswick, Canadá, se iba a desplazar carbón. Lo que se iba a desplazar, y se ha desplazado efectivamente en muchos otros casos, es, precisamente, combustible pesado… Lo peor de todo es que Venezuela es un exportador importante de combustible pesado, de manera que la Orimulsión afecta no sólo los precios del petróleo en general sino los de las exportaciones venezolanas de combustible pesado – y, por ende, de su petróleo pesado – en particular. Ahora bien, todavía ello podría justificarse, parcialmente por lo menos, si la Orimulsión compitiera de verdad con el combustible pesado, es decir, si fuera más barato para Venezuela producir y exportar Orimulsión. Pero éste no es el caso. El combustible pesado también se llama combustible residual, pues es lo que queda después de extraer los componentes más livianos de un barril de petróleo crudo. De hecho, se invierte mucho dinero en lo que se conoce como conversión profunda, precisamente para minimizar el volumen del residual. La ganancia está, esencialmente, en los productos más livianos que cubren los costos de refinación del barril de crudo. Luego, en el transporte marítimo, la Orimulsión tiene una desventaja obvia: el flete que se paga por el 30% de agua que contiene, con un valor calorífico ciertamente nulo. Finalmente, por falta de tratamiento previo, como ya señalamos, al quemarse la Orimulsión se necesita de costosos filtros para cumplir con las regulaciones ambientales, lo que explica en buena parte su bajo precio. (Y es precisamente por los problemas ambientales que, a pesar de su bajísimo precio, la Orimulsión no ha tenido el éxito esperado).[3]”
Orimulsión: Véase Toro Hardy, José.
Oropeza Castillo, Alejandro: El gran señor de Mercifrica, que se encargaba de comprar comida vieja en EE UU para luego vendérsela a los mercados populares venezolanos, sin duda un gran negocio que tenía con Nelson Rockefeller a quien llamaba Oropeza Castillo: “My dear Alex”.
Oropeza
Carvallo, Ricardo Alfonso:
miembro del Grupo 400+ (G-400+). Véase Grupo 400+ (G-400+).
[1] “La Orimulsión: Verdades Científicas y Mentiras Políticas”, publicado en Interciencia, Enero 2004, Vol. 29, No. 1.
[2] Ut supra.
[3] Ut supra.