Por Lupo
El muy irreglamentario y cuestionable episodio de la ‘retención’ de los universitarios en plenas avenidas de Bogotá es apenas ‘un botón de muestra’ sobre los muchísimos ‘incidentes’ de este tipo que ocurren a lo largo y ancho del país, y -claro- un muy suave ejemplo de lo que suele ocurrir en los pueblos, los campos y las selvas de Colombia.
Es que -como se ha señalado y criticado en infinidad de medios y oportunidades- desde hace muchas décadas (especialmente al tenor de la Guerra Fría y de la implantación del Neoliberalismo) ha sido y es ‘normal’ que las Fuerzas Militares y los Organismos de Seguridad (vaya un eufemismo) de Colombia y de casi toda Latinoamérica sean adoctrinadas y estimuladas para considerar a los estudiantes, los obreros y los campesinos como ‘enemigos’ de las cacareadas Libertad y Democracia que, dizque, rigen en el país.
Esta ‘pedagogía’ -directa e indirectamente- les confiere a ‘las autoridades’ el derecho (y el deber) de ser rudos e inescrupulosos (y algo más) cuando ‘intervienen’ en eventos estudiantiles y populares. Inclusive, tal praxis suele ser complementada con la ‘colaboración’ de escuadrones de sicarios y paramilitares (y de ‘asesores’ extranjeros).