JOSÉ SANT ROZ
- En Venezuela fue costumbre (hasta enero de 1999), que cuando arribaba al país un magnate gringo, los presidentes se esmeraban en atenderle en el acto, como si se tratase de supremos mayordomos, como si por ellos Venezuela existiese y tuviese el derecho a ser considerada nación. Así sucedía, por ejemplo, con Nelson Rockefeller. Pues bien, en 1945, se presentó en Miraflores mister Henry Linam, presidente de la Creole para tratar con el Presidente de la República, el álgido problema de los impuestos petroleros. Ese día la agenda del Presidente Medina Angarita estaba copada, de modo que Linam no podía ser atendido al instante como él exigía, entonces molesto y ofendido le dice al decano de guardia: «Por favor, dígale que regreso a mi oficina donde me esperan asuntos urgentes por resolver, y que volveré cuando esté menos atareado». En cuanto al presidente se le notifica la manera grosera como ha respondido, da la orden para que se expida un oficio redactado en los siguientes términos: «El señor presidente de la República le hace saber lo valioso de su tiempo, pero también que si no puede esperar, tiene 48 horas para abandonar el país».
- Mister Henry Linam fue expulsado de Venezuela por irrespeto al presidente de la República. Betancourt, percibió en esta respuesta un tono que le alarmaba. Cualquiera en su lugar hubiera expresado un acto de solidaridad con Medina, pero no lo hizo ningún político importante de aquel momento. Lo que a Rómulo le preocupaba era que esta posición nacionalista fuese a convertirse en una gran bandera de lucha suramericana. Este temor lo llevó él hasta los centros financieros internacionales, que inmediatamente desplazaron comisiones a Venezuela para que se tomasen los correctivos necesarios.
- En 1946, encontrándose de presidente de la República el golpista Rómulo Betancourt, fungía como presidente de la Creole en Venezuela, mister Arthur Proudfit, quien había venido a vengar las ofensas inferidas a su antecesor Henry J. Linam, expulsado del país por grosero y entrometido en nuestros asuntos internos; mister Henry Linam, refiriéndose a Medina, había dicho: «Nosotros tenemos poder suficiente para tumbar a Medina».
- Mister Arthur Proudfit, recibió órdenes expresas del Departamento de Estado para buscar entre los nuevos cuadros políticos y jóvenes oficiales, un acuerdo para salir de Medina. Les quería hacer saber a estos jóvenes que con un jefe de Estado que no escuchase a los que invierten en Venezuela (que son los que le aportan la mayor parte del presupuesto nacional); que con un nacionalista irracional que trata de la manera más déspota a sus mejores socios internacionales, las consecuencias políticas para el país serían terribles. Que él, Proudfit, traía la mejor disposición para que se lograra un acuerdo alrededor de la figura de Rómulo Betancourt.
- La historia de la Venezuela del siglo XX, huele a puro petróleo. Aquí todos los presidentes del pasado siglo fueron impuestos por las compañías petroleras. Incluso, en la muerte del presidente Carlos Delgado Chalbaud se verá involucrada la Shell con el concurso del magnate Antonio Aranguren.
- Para que apreciemos las dimensiones entreguistas del nuevo excepcional hombre que había derrocado a Isaías Medina Angarita, haciendo una “revolución” a la medida de los gustos gringos, encontramos que el nuevo presidente de la Creole (Mr. Arthur T. Proudfit), satisfecho con la lección que le han dado a quien con dignidad expulsó del país a Mister Linam, declara que ha discutido lineamientos políticos con el supremo líder de AD. Ufanos declaran este señor y la Standard Oil, no haber hallado en todo su vasto imperio un hombre mejor calificado que este dirigente para con él, manejar adecuadamente el asunto del tema petrolero. Luego serán los abogados de la Creole (en 1948), quienes redacten las leyes relativas a impuestos y regalías normales.
- Ya para 1946, el embajador gringo en Venezuela, míster Frank P. Corrigan reporta que Betancourt acostumbra pedirle consejos a Allan Dawson, consejero político de la embajada, cada semana o cada diez días para discutir asuntos de interés mutuo. Existe un hecho que revela la enorme falsedad de la campaña de adecentamiento en la que decía andar el presidente de la Junta: cuando está en pleno apogeo su bandera justiciera con lo del Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa para condenar a los ladrones de la cosa pública, Betancourt previamente le advierte a mister Dawson que no lo vaya a tomar en serio porque simplemente se trata de una pantomima legal, para entretener al populacho. Mister Dawson se tranquiliza y envía al Departamento de Estado un informe donde explica que «la política de Betancourt no refleja ninguna tendencia antiamericana, sino más bien resultados de los demagógicos esfuerzos de la Junta para obtener apoyo popular mediante medidas radicales […]». Y añade este consejero al Departamento de Estado el 14 de febrero de 1946: «La Junta considera que las medidas demagógicas le serán de utilidad en las próximas elecciones en las que votarán analfabetos».
- Mister Dawson, además podrá sentirse confiado porque resulta que en la embajada encontró una lista de altos dirigentes de AD que recibían pensiones del gobierno de Medina, en las cuales se encuentra el nombre del propio Betancourt. Esta es una vieja y usual práctica, porque Rómulo Gallegos y Luis Beltrán Prieto Figueroa habían recibido buenas ayudas económicas de Gómez, y Betancourt de López Contreras. De acuerdo con informaciones que luego le da Pedro Estrada a Agustín Blanco Muñoz, indudablemente que el propio presidente de la Junta está entre los secretamente subvencionados por Medina: «con datos suministrados por el primer vicepresidente del Banco Central, uno de ellos había obtenido dos préstamos en la época de López Contreras y uno durante el régimen que sus compañeros de militares jóvenes acababan de derrocar». Añade el informe que dichas sumas nunca fueron canceladas.
- Es necesario, pues, aclarar que el derrocamiento de Medina Angarita respondió más a intereses del capitalismo norteamericano que a la propia acción que pudieron desplegar políticos como Betancourt y quienes dirigían su partido AD. Los gringos con sus monopolios, negocios y pervertidas acciones militaristas, estaban creando una historia que iba en contra del propio carácter y desarrollo de las naciones de América Latina. Ninguna acción propia, genuina y nacida de las raíces históricas de nuestros pueblos podía prosperar cuando ésta era horriblemente adulterada por la compra de conciencias por parte de nuestros mercenarios politiqueros, de los banqueros de Nueva York, de los dueños de las petroleras, de los jeques del tráfico de armas y de los inversionistas de Wall Street. No hubo país en nuestro continente cuyas bases institucionales no fuesen estremecidas por esa caterva de feroces mafiosos como el Teddy Roosevelt, Harry Truman, Eisenhower, Nixon, Reagan, los Bush.
- Estados Unidos, desde la época del propio Tomás Jefferson no tuvo estadistas en la Presidencia sino más bien matones, descarados y fanáticos amantes de la guerra y de los intervencionismos en la política de otras naciones. Derrocado Medina, será la misma embajada norteamericana la que le dará luz verde para que se menoscabe el gobierno de Gallegos. A los directores de la CIA les encanta hacer experimentos provocando frecuentes cambios en nuestros gobiernos, de manera tal que nunca puedan hacerse fuertes, recuperar sus memorias, estabilidad social y económica, u obtengan una visión propia de sus males y traumas. Lo hace la CIA con su propia gente, qué se puede esperar de los pobres pueblos desquiciados por sus intervenciones. Será el propio embajador norteamericano en Caracas quien dirija las acciones del desalojo de Gallegos del Palacio de Miraflores. Con todo lo ilegal que podía tener el gobierno de Gallegos, sin duda que en algún momento su funcionamiento podía dar frutos que rectificaran los daños hechos a la institucionalidad democrática. A la larga, con grandes dificultades podríamos ir encontrando nuestro propio camino. Esto lo comenzó a ver como algo muy grave el Departamento de Estado. Había que impedir a toda costa cualquier camino en el que se pudiese ver el menor asomo de soberanía nacional, independencia económica y organización con discusión política abierta en la calle. Lo más peligroso era que aquella novedosa agitación con pedidos de libertad, salarios justos, de tierra para el que la trabaja, educación y salud para todos, pudiera adquirir otro cariz al llegar a los cuarteles, la fuerza de ocupación por excelencia al servicio de los intereses estadounidenses.
- Gallegos tendrá al menos la dignidad de no refugiarse en el país del norte, pero Betancourt sí escogerá la tierra del Tío Sam contando con que allí se le reconocerán los espléndidos servicios prestados a las grandes compañías americanas, y con que luego ese Tío le repondrá en el poder. Luego serán los propios agentes de la CIA quienes darán la orden para que se asesine a Carlos Delgado Chalbaud, en un intento por impedir que este venezolano siga los pasos de Irán y México en cuanto a la nacionalización de las empresas petroleras.
- Es así como se impone también desde el norte el gobierno de Pérez Jiménez, hasta que finalmente, con el Pacto de Nueva York (Punto Fijo), los gringos encuentran la panacea para instalar en nuestro país una sólida dictadura de partidos guarnecida con el bello traje de democracia representativa.