*JUAN MARTORANO
Hoy voy a referirme a un tema de hermandad con la hermana Cuba, la de Martí y la de Fidel, la de Maduro y Díaz Canel.
Esto porque ayer se reunió nuevamente la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, quienes además de los debates que se han venido dado sobre el genocidio continuado en Palestina, se dio el debate sobre la resolución que exige el levantamiento del criminal bloqueo a la hermana República de Cuba.
Por ocasión N° 31, con 187 votos a favor, 2 en contra (Estados Unidos e Israel) y una abstención (Ucrania), la Asamblea General de Naciones Unidas reconoce al cerco como el elemento central de la política de los Estados Unidos hacia Cuba por más de seis décadas.
Sus efectos no han cesado ni un solo día y son conocidos por el 80 por ciento de la población de la isla que solo conocen un país con bloqueo.
Dicha cifra refleja el recrudecimiento sobre las exportaciones cubanas, principalmente en el sector turístico; la despiadada persecución a las operaciones bancario-financieras del país; los costos por reubicación geográfica del comercio; las afectaciones a la producción y los servicios a la población; así como los obstáculos para acceder a tecnologías de avanzada.
En total, los perjuicios económicos en base a precios corrientes superan los 159 mil 84,3 millones de dólares, y a más de un billón 337 mil teniendo en cuenta el comportamiento del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional.
Las afectaciones por el compendio de medidas sobrepasan los 405 millones mensuales, que equivalen a un millón de dólares cada dos horas.
El reporte presentado a la Asamblea General por el secretario general de la ONU, António Guterres, reconoce la continuación de esta política contra Cuba y su inclusión en la lista de estados patrocinadores del terrorismo como acciones incompatibles con un sistema internacional basado en el derecho.
La actuación de Estados Unidos es una manifestación flagrante del ejercicio del poder político y económico en clara violación de los derechos humanos, incluido el acceso al desarrollo.
Los efectos de estas disposiciones son tan obvios como inadmisibles según la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho internacional, agrega el texto también puesto a disposición de los Estados miembros.
De acuerdo con el informe, la situación del país caribeño no hace más que confirmar la necesidad de desmantelar las medidas coercitivas unilaterales, que socavan los derechos soberanos, la realización de los derechos humanos y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La ONU convocó en ese sentido a los países firmantes de la resolución a mantener los esfuerzos para poner fin a la injusta negación del derecho de Cuba a la autodeterminación y al desarrollo.
Nuevamente la República Bolivariana de Venezuela, país también objeto de bloqueo por parte de las políticas extorsivas, coactivas y criminales del imperio más genocida sobre la faz de la tierra, no pudo votar a favor de esta resolución, por deudas con la ONU, y ese impago ha sido producto también de medidas como las aplicadas a la hermana República de Cuba.
Por ello, no podía en mi columna de hoy, y pese a otros tantos temas que tengo en el tintero, dejar de escribir y referirme, aunque sea brevemente, a ese importantísimo acto celebrado ayer en las Naciones Unidas.
Y esta decisión de ayer también nos recuerda, la necesidad de la refundación del sistema de Naciones Unidas, como varias veces la planteó Chávez, ya que basta que el sionismo israelí se oponga y que EEUU aplique su poder de veto en el Consejo de Seguridad, para que la Resolución propuesta por Cuba no se implemente.
Es decir, que la voluntad de dos países de 194 que votan en la ONU se impone sobre la de 187 que claman por el cese de este tipo de agresiones contra un pueblo que ha decidido ser libre.
No obstante, esta votación constituye en un aliciente y una victoria moral para la hermana Cuba.
Y sencillamente, Venezuela, Cuba al igual que Palestina, estamos unidos por una sola bandera.
Somos hermanos, soberanos de la libertad y no como lo reza aquél famoso himno del panamericanismo que en sí mismo encierra el germen imperial. Este señalamiento lo hago con otro sentido y otro contexto.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas. , [email protected], [email protected] , [email protected] , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.