(GRÁFICA: Aquí aparece Argenis a los dieciséis años, como el campesino que siempre fue, en las Mercedes del Llano, con vestimenta prestada o de su padre, en alpargatas, en pose netamente rebelde, como el genio que se creía porque vivía metido en novelas y libros de historia…)
Bueno pues, que últimamente me ha ido muy bien, que me han editado un libro, que estoy leyendo como cuando era muchacho y que estoy muy, pero muy bien.
Bueno pues, que estoy escribiendo una novela y un libro que se parece al Príncipe, del mismísimo Maquiavelo.
Bueno, que estoy viendo la televisión y allí aparece una campesina a la que mientan la Petra Antonia.
Bueno, que yo en este país jamás había visto televisión, pero desde que empezó eso de la Fruta Amarga la estoy viendo. Que esta telenovela es muy edificante.
Que yo no sabía lo que me había perdido.
Porque ahí está Venezuela.
Ahí la gente del campo aparece retrasada mental, bruta, brutísima y los hombres se pelean por una mujer que quiere un viejo. Un tipo joven y buenmozo, si es que en los campos de Venezuela hay tipos buenosmozos, es el patrón de una hacienda y el papá. Bueno, el papá que por necesidá quiere vender a la hija. Bueno, pues.
Que me estoy dando banquete.
Bueno, que viene el Tanilo y tiene que peleá to los días con el viejo que le dice:
– Pero bueno, vale, ¿qué es lo que te pasa a tí?
Y le pela por un machete.
– ¡Es que Gúeno, pues, tú no te has dao cuenta que su papá me dio permiso pa que la busque y la corteje, pues!
– Bueno, que no, que yo la amo.
Bueno, y que Tanilo se la lleva pa su rancho y el rancho se incendia y que esta gente, por envidia, tiene que pasá las de Caín, sino las que no hizo Caín sino otra gente más mala que Caín, que las hay.
Y bueno, que a Tanilo lo pica una culebra por haberse llevao a la Petra Antonia y que el dueño de la finca le da un puesto de caporal a Tanilo pa quitale a la Petra Antonia y que a la Petra Antonia, cuando está en estao, bueno, ya pa da a luz, viene un malandro de Caracas, le pone un revólver en la barriga y le dice:
– ¿Qué es lo tuyo, chica?
– Gua, na.
– Güeno, pues.
Y la Petra Antonia se pone fúrica, da unos berridos y el malandro la tira contra el espaldar de una silla, se acaba el capítulo pero Tanilo, ya pa finalizá, aparece llorando porque unas chismosas vienen y le dicen:
– Gua, que a tu mujé la embromó un malandro.
– ¡Gua, y qué es eso!
– ¿Y qué sabe uno? Que la vida es así. Güeno, que estamos en la mala, Tanilo.
Y Tanilo, ante el patrón que le dio el puesto pa quitale a Petra Antonia, se pone a llorá. Bueno, que suelta el llanto, pues y dice, así, compungido:
– Gúeno, patrón, que es que yo la quieo, bueno pues, que es así. Qué’es qu’el destino se ha ensañao con uno, no jóse!
Septiembre, martes 14 de 1982