Yo me voy a meter en algo que tal vez no domine a fondo. Soy, como todo el mundo sabe, un escritor de novelas, cuentos y artículos literarios. Una que otra vez he incursionado en política y he visto a gente deshonesta gobernar a este país. He visto a analfabetas en el Congreso Nacional. He visto que tarados mentales y maleducados manden en grandes partidos. En las pasadas elecciones yo fui diputado a la Asamblea Legislativa del Estado Guárico porque un tipo llamado Claudio Pino se le impuso a Pérez que era Presidente de la República; a Leandro Mora que era el jefe de la campaña Electoral de Piñerúa Ordáz y a Alejandro Izaguirre que era el Secretario General de Acción Democrática. Y yo no estaba buscando nada allí. A mí me llamaron para que me opusiera a Sanín con el nombre de Nisán y lo hice con mucha altura y humor. Visité emisoras, televisoras y di mítines en Valencia, Margarita y aquí en Caracas. Entonces mucha gente, entre ellas Cristóbal Hernández pensaron que yo muy bien podría representar a mi Estado en la Asamblea Legislativa. Yo tenía grandes proyectos culturales y sociales. Hubiera creado una Cinemateca y me hubiera adentrado en el territorio de la agricultura que también es cosa que me gusta. Pero nada, vino el tipo Pino ése y dijo:
- Argenis es peligroso porque lee y escribe a destajo.
Claro, este pobre no entiende ni la O por lo redondo y su única tarjeta de presentación que muestra es el liquiliqui mal planchado que exhibe en botiquines. Así que se vayan al diablo todos esos “políticos” y mejor prestémosle atención a las Fuerzas Armadas que quieren poblar las fronteras y organizar la Quinta División de selva en el Estado Bolívar. Apoyemos a estos hombres para que adquieran el armamento necesario para la defensa nacional.
Ayudemos a la infraestructura que ya se está creando. Hagamos que efectivos civiles y militares vivan en condiciones dignas en esas regiones extraviadas. Roguemos al pueblo por un trato más especial hacia nuestros soldados que son la columna vertebral del país y la gente que en un momento grave para la nación irán de primeros a jugarse la vida. Evitemos que soldados y Guardias Nacionales sean asesinados por personas que sabotean a los defensores de la patria, porque hoy más que nunca, el ejército venezolano se ha ganado la simpatía, el cariño y el amor de toda Venezuela. Me gustaría formar parte de esos hombres. Después de todo yo tenía un hermano militar que murió en el Amazonas y que se destacó como uno de los pioneros en la defensa de esta zona. Su nombre era Alirio Rodríguez y pertenecía a las Fuerzas Aéreas.