José Vicente Rangel, un diputado de primera (23 -1- 70)
Ha sido una ironía el que José Vicente Rangel resultara electo diputado al Congreso Nacional por simple cociente y no de manera avasallante como lo merecía. Ello puede deberse a que la izquierda no le respondiera o que en nuestro país no existe la izquierda, porque José Vicente Rangel ha demostrado ser dirigente resteado con esta tendencia política.
Ha sido una ironía, repito, porque José Vicente Rangel ha sido consecuente con la izquierda y ésta jamás lo ha apoyado como se debe. Yo recuerdo que cuando nuestro hombre militaba en URD y dirigía el diario Clarín se mostró como un moderado frente a la violencia y comenzó a pedir una rectificación en los embanderados de la “lucha armada” y de la “guerra larga”.
Ha sido una ironía, vuelvo a repetir, porque cuando en nuestro país era hasta un descrédito ser de izquierda, José Vicente Rangel se mostraba como tal y ha debido ser, por lo tanto, el único representante de la izquierda venezolana. Porque lo demás es pura y llanamente extremismo, infantilismo de izquierda.
José Vicente Rangel se convirtió en el abogado de las causas perdidas: en un comienzo, cuando pedía la rectificación y en un después, cuando hacía las averiguaciones de la desaparición de Alberto Lovera. Y sin en ellas (estas causas perdidas), es verdad, logró dar una completa luz, no por eso triunfó ni lo ayudó la izquierda a triunfar.
Es opor este motivo, insisto, por lo que la izquierda venezolana, que le debe mucho a José Vicente Rangel, lo ha tratado con ironía o con inefable inconsecuencia.