La campaña electoral venezolana de 2018 será, quizás, una de las más complejas y para los equipos de comunicación e imagen de Nicolás Maduro quien va a reelección, será como caminar por un campo minado. Veamos por qué:
Esta semana vimos claramente cómo están funcionando las agendas mediáticas, los «trolls» y «bots» de las redes y portales digitales «influencers». Citamos dos ejemplos: los migrantes venezolanos y el tsunami que amenaza las costas de los estados Sucre y Nueva Esparta.
Tenía razón Habermas (2001) cuando dijo que la concepción de la realidad cambia por la manipulación de los medios pues éstos establecen los temas, jerarquizan, fraccionan las informaciones o espectacularizan los conflictos. Esto fue lo que ocurrió con el comunicado del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para refugiados (Acnur-Venezuela). El documento cayó en manos de periodistas que hicieron una inferencia errónea y titularon de manera espectacular produciendo lo que se llama una «noticia deseada» para satisfacer a los sectores que justamente esperan eso.
El hashtag #Refugiado estuvo tres días en las tendencias de tuiter y la oposición aplaudió. El concepto de refugiado se maneja en el Derecho Internacional Público y en el Derecho Internacional Humanitario. En general es una persona «civil» que huye de su país y cruza una frontera a causa de conflictos armados o disturbios interiores y no cuenta con la protección del Gobierno. No obstante, ese estatus lo solicita expresamente el afectado y ACNUR lo evalúa pudiendo aprobar o no el requerimiento. Esa condición no se concede automáticamente y lo que se expuso en el documento ¿malinterpretado? fue que se otorgase a los venezolanos «trato» de refugiados (no «estatus»), según convenios internacionales, para garantizar sus derechos humanos.
Pero los medios nunca asumieron el error y Acnur-Venezuela tuvo que salir a explicar el documento lo cual fue difundido como una «aclaratoria»…
En el caso del tsunami que sería provocado por la erupción de un volcán marino, tuiter posicionó dos «HT»: #tsunami y #alertanaranja. El diario El Tiempo tituló «Onsa declaró alerta naranja de tsunami para el Oriente del país». Onsa es la Organización Nacional de Salvamento y Seguridad Marítima de los espacios Acuáticos. Solo había que entrar a su websitepara saber que se trataba de un simulacro de tsunami ayer, 15 de marzo. Las expresiones de pánico no se hicieron esperar y la gente decía: «Con esta pelazón y ahora también un tsunami». Tuvo que salir Funvisis, ente oficial, a desmentir el asunto dos días después. Nadie pidió disculpas por las dos «noticias» analizadas y que, además, muestran lo que será esta justa comicial. A veces los medios son un peligro para lo que Habermas llama «el mundo de la vida». Por eso apostamos a una nueva ética discursiva en el periodismo.
luisana.colomine@gmail.com