Lo que Trump ha dicho sobre América Latina y África está en el alma de los que hoy conforman la Unión Europea, Canadá e Inglaterra. John M. Ackerman ha dicho, por ejemplo, que para Trump, los mexicanos no somos más que una bola de «violadores» de un «país de mierda» que merecen ser pisoteados y excluidos de la sociedad.
¿Pero sabes lo que indigna y duele más que las agresiones y las palabras de Trump? La traición de nuestro propio Gobierno.
En lugar de protegernos de los bárbaros del norte, Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray prefieren pactar su impunidad transexenal y asegurar sus negocios privados.
Justo la semana pasada, Videgaray visitó en Washington al yerno de Trump, Jared Kushner pero, apenas se subió al avión de regreso, Trump se lanzó de nuevo al ataque con una andanada de agresivos tuits contra México y los mexicanos: un fracaso más del canciller aprendiz.
No podemos seguir así. Algún día, México tendrá que contar con un Gobierno comprometido con la defensa de su país y de los derechos de los mexicanos que viven dentro y fuera del territorio nacional. Lo merecemos todos.